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Reputación corporativa, palanca de crecimiento de las empresas

La gestión estratégica de la Reputación corporativa supone una palanca de crecimiento de las empresas y por tanto una oportunidad. A continuación te explicamos por qué.

En el contexto actual VICA o VUCA (volátil, incierto, complejo y ambiguo) los activos intangibles estratégicos son más importantes que nunca para la aportación de valor empresarial.  Las empresas de mayor capitalización bursátil se basan en intangibles como la marca, la reputación, el talento, la RSE o la tecnología.

Los activos intangibles, representan actualmente el 84% de todo el valor empresarial en el S&P 500, frente al  17% en 1975 (Aon y el Instituto Ponemon, 2019). Hoy vamos a hablar de la reputación corporativa como un activo estratégico para las empresas.

Pero vamos al concepto de Reputación:

La Reputación corporativa es el conjunto de percepciones que tienen sobre la empresa los diversos grupos de interés con los que se relaciona, internos y externos. Es el resultado del comportamiento desarrollado por la empresa a lo largo del tiempo y describe su capacidad para distribuir valor a dichos grupos (Fombrun, Ch. J. (1997);  Wartick, Steven L. (2002);  Villafañe, J. (2004); Martín de Castro, G, Navas López, J.E. (2006); Llanos, C. (2014).

En efecto, la Reputación son un conjunto de percepciones de los distintos grupos de interés,  basadas en el desempeño empresarial y la experiencia de cada stakeholder con la empresa, experiencia que se ve refractada (magnificada o distorsionada) por lo que dicen los intermediarios, prescriptores, expertos y otros grupos de  interés, así como por la comparación con empresas que ofrecen servicios o productos similares. Estas percepciones se pueden modular a través de la comunicación.

Correlación entre buena percepción y actitudes de apoyo

Así pues la Reputación tiene mucho de “emocional”; son percepciones que impulsan el comportamiento de los clientes y otros grupos de interés (Reputation Institute).

En efecto, está demostrada la correlación entre buena percepción y actitudes de apoyo hacia una marca o empresa. El indicador global emocional (RepScore) explica las actitudes de los Grupos de interés hacia una empresa.

En la imagen inferior, vemos comola correlación* entre una alta reputación y las actitudes de apoyo es alta.

 

Ventajas de una buena reputación corporativa

Distintos estudios señalan que más del 75% del valor de las empresas se debe a la reputación: es decir la confianza que son capaces de generar hacia los grupos de interés que intervienen en la marcha del negocio.

La reputación corporativa es una ventaja competitiva duradera que contribuye a los objetivos empresariales, y a la creación de valor a largo plazo;  la buena reputación favorece:

  • Retención de talento.
  • Lealtad y atracción de clientes.
  • Los proveedores y aliados estén dispuestos a colaborar.
  • Licencia para operar.
  • Beneficio de la duda en caso de crisis.

Estos son beneficios y perjuicios de obtener una buena o mala Reputación, que se traducen evidentemente en Resultados de Negocio. Por tanto, la Reputación corporativa es un activo estratégico para las empresas.

Para que estos resultados se traduzcan en negocio es preciso tener una Gestión estratégica de la Reputación, con una visión reputacional de la Organización. Sin embargo son pocas las organizaciones que obtienen un beneficio de ello.

Diferentes estudios en los últimos años colocan el riesgo reputacional el primero, segundo o tercero en importancia entre los riesgos a los que están expuestos las empresas. Ocho de cada 10 directivos considera que la reputación de la compañía es clave para los objetivos de negocio.

La Reputación: una oportunidad para ganar siendo responsable

A pesar de los beneficios de una buena Reputación y los riesgos de que se produzca una crisis reputacional,  la gestión estratégica de la Reputación es un aspecto a mejorar en la gestión empresarial:

  • La mayoría de los directivos dice que su empresa no está bien preparada para gestionar la reputación.
  • Menos de la mitad de las compañías tiene definido su mapa de stakeholders y sus relaciones (ecosistema de relaciones).
  • Menos de la tercera parte define un plan de gestión de la Reputación.
  • Solo ¼ de las grandes empresas tiene Kpis de reputación en el Cuadro de Mando Integral.

Si usted quiere diferenciación, obtener una ventaja competitiva y evitar una crisis reputacional, es el momento de que piense en la gestión estratégica dela Reputación, para que sea una palanca de crecimiento de su empresa.

 

1.El coeficiente de correlación de Pearson es una prueba que mide la relación estadística entre dos variables continuas. Si la asociación entre los elementos no es lineal, entonces el coeficiente no se encuentra representado adecuadamente. El coeficiente de correlación puede tomar un rango de valores de +1 a -1. Un valor de 0 indica que no hay asociación entre las dos variables. Un valor mayor que 0 indica una asociación positiva. Es decir, a medida que aumenta el valor de una variable, también lo hace el valor de la otra. Un valor menor que 0 indica una asociación negativa; es decir, a medida que aumenta el valor de una variable, el valor de la otra disminuye.

Desafíos de la Reputación empresarial frente a la nueva verdad social

Desafíos de la Reputación frente a la nueva verdad social” fue el título de la Webinar organizada por Empresability, Movimiento Hispanoamericano de Responsabilidad Social en la que la directora de CABAL CONSULTING, Belén Merino Vázquez, participó como ponente con la ponencia “La buena Reputación, el seguro de las empresas frente a la nueva verdad social.”

En un contexto de volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad (VICA) en el que vivimos, la Reputación hoy no solo es una ventaja competitiva, es un seguro contra la incertidumbre. Diferentes estudios  atribuyen un 60% del valor de mercado de su marca a la reputación general de la empresa.

La Reputación es  el “conjunto de percepciones que tienen sobre la empresa los diversos grupos de interés con los que se relaciona, tanto internos como externos. Es el resultado del comportamiento desarrollado por la empresa a lo largo del tiempo y describe su capacidad para distribuir valor a los mencionados grupos.” (Foro de RC, 2006).

Una buena Reputación, está sustentada en unos valores claros,  un gobierno responsable y una comunicación comprometida y transparente con sus grupos de interés. La buena reputación se fundamente en 5 principios: compromiso, consistencia, transparencia, diferenciación y visibilidad hacia los grupos de interés (Fombrun y Van Riel, 2003) .

El “riesgo reputacional”

La Reputación es un  intangible y debido a ello su gestión es relativamente reciente.

  • El uso del término “riesgo reputacional” es relativamente nuevo (Bezuyen, 1994; Larkin 2002; Neef 2003; Rayner 2003; Eccles et al. 2007).
  • A partir del acuerdo de Basilea II (2004), se populariza el término.
  • La inclusión de los riesgos no financieros y el riesgo reputacional, se recoge en los códigos de Buen Gobierno y recomendaciones internacionales.
  • En España, el Código Unificado de Buen Gobierno español de 2006, menciona el riesgo reputacional en la Recomendación 49. Y la mayoría de las grandes empresas del IBEX-35 lo incluyen en sus Informes de Gobierno corporativo.
  • Hoy en día se considera el 1er riesgo percibido para las empresas.

La Reputación se puede y debe ser gestionada desde la Alta Dirección como uno de los principales activos de la Empresa. Para ello debe adoptarse una visión reputacional y debe ser gestionada de forma integral por una Dirección de Reputación o Gestión de intangibles, que tenga la visión completa de la organización y entienda las expectativas de los Grupos de interés.

Actualmente la Gestión de la Reputación debe estar sustentada en los valores y alinearse a un Propósito. A partir de aquí, se debe hacer una gestión de riesgos y oportunidades reputacionales.

Palancas para gestionar la Reputación Corporativa en la era COVID-19

  • El CEO se pone al frente de la organización y lidera con el ejemplo.
  • “Activismo de marca”: los clientes como “consumidores políticos”.
  • La seguridad y salud, y el apoyo a las personas más vulnerables, una prioridad.
  • La comunicación basada en la escucha profunda, el diálogo y la cocreación de los grupos de interés.
  • Media mix.
  • Nuevos influenciadores, menos glamour y más humanidad.
  • La agilidad y adaptación constantes, una nueva manera de hacer las cosas.
  • La digitalización, una oportunidad para difundir los valores de la compañía a todos los grupos de interés.
  • La cooperación y las alianzas para conseguir mejores resultados y nuevas oportunidades.

Si te la perdiste, puedes ver en youtube la Webinar sobre Desafíos de la reputación empresarial frente a la nueva verdad social. Si quieres saber más sobre Gestión de riesgos reputacionales escríbenos

 

Política de “compras responsables”, una buena manera de evitar el riesgo reputacional

Política de “compras responsables”, una buena manera de evitar el riesgo reputacional

 

Las compras responsables, sostenibles o éticas son aquellas que, además de valorar los criterios de calidad y precio, también tienen en cuenta los aspectos sociales, éticos y medioambientales, en el proceso de elaboración y suministro del producto o servicio. Cuando una empresa tiene una política de “compras responsables” además de contribuir a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible estará también evitando un riesgo reputacional

Hay que diferenciar compra responsable de consumo responsable, éste último se refiere a las pautas de consumo del cliente final. En este artículo nos vamos a referir al proceso de aprovisionamiento de materiales y servicios por parte de una organización o empresa, para a su vez generar un producto o servicio que es lo que se conoce como “compra responsable”.

¿Por qué es importante contar con una “política de compras responsables”? Porque en mercados globales, muy competitivos, y cada vez más transparentes, conocer las prácticas de tu cadena de suministro te evitará riesgos reputacionales.  Las empresas que ignoran la trazabilidad de sus productos y las prácticas de sus proveedores están expuestas a un alto riesgo reputacional; las empresas textiles lo saben muy bien ya que a menudo conocidas marcas de moda se han visto envueltas en escándalos que han impactado en sus ventas al conocerse que trabajaban con proveedores que vulneran los Derechos Humanos.

Además de evitar una crisis reputacional, contar con una política de compras responsables permite el acceso en condiciones preferentes a la contratación del sector público, contribuye al ahorro de energía, y a un menor impacto ambiental.

Contratación pública responsable

Las compras del sector público representan un volumen muy importante de la actividad económica de cualquier país; según el Observatorio de la contratación pública, con datos de la Comisión Europea, suponen el 19 % del PIB de media en la UE,  aunque existen grandes diferencias entre estados miembros (el 8,8 % en Grecia o el 29,5 por ciento en Holanda). En España asciende al 15,5%.

La Ley 9/2017, de 8 de noviembre, de Contratos del Sector Público, por la que se transponen al ordenamiento jurídico español las Directivas del Parlamento Europeo y del Consejo 2014/23/UE y 2014/24/UE, de 26 de febrero de 2014 sobre contratación pública  incluye criterios laborales, sociales o medioambientales como motivos de exclusión para la contratación de obras y servicios. Los objetivos que inspiran esta Ley son, en primer lugar, lograr una mayor transparencia en la contratación pública, y en segundo lugar el de conseguir una mejor relación calidad-precio.

Esta ley también establece que “en toda contratación pública se incorporarán de manera transversal y preceptiva criterios sociales y medioambientales siempre que guarde relación con el objeto del contrato”. Asimismo insta a la simplificación de los trámites y a facilitar el acceso a la contratación pública de las pymes, así como de las empresas de economía social.

Esta ley también aplica a los partidos políticos, las organizaciones sindicales y las empresariales, así como las fundaciones y asociaciones vinculadas a cualquiera de ellos siempre que se cumplan determinadas circunstancias como que su financiación sea mayoritariamente pública y respecto de los contratos sometidos a regulación armonizada

Esta normativa se enmarca en la Estrategia Europea 2020 que tiene el objetivo de generar acciones “para un crecimiento inteligente, sostenible e integrador” y permitir que los contratantes utilicen mejor la contratación pública en apoyo de “objetivos sociales comunes”.

Cómo poner en marcha una política de compras responsables

Para elaborar una  política de compras responsables, la organización debe hacer un análisis interno:  evaluar qué principios rigen la gestión de su organización y cómo incorpora estos valores en la toma de decisiones de compra.

Para que este proceso tenga un enfoque sostenible hay que tener en cuenta dos aspectos: el ciclo de vida de los productos y la gestión de la cadena de suministro. Respecto al primero, supone saber cuál es el coste real de un producto que compramos, desde que se concibe hasta que llega a nuestras manos; una vez que se dispone de esta información se debe integrar en la  decisión y negociación. Respecto al segundo, implica conocer a nuestros proveedores y cómo sus decisiones y forma de trabajar afectan a nuestro producto en términos de calidad, seguridad, privacidad, reputación, etc. La cercanía del proveedor es un criterio a tener en cuenta.

Como parte de esta política de compras responsables, hay que comunicar  la decisión a los proveedores habituales. Comunicar a los proveedores el nuevo enfoque de gestión de la empresa les ayudará a tomar decisiones al respecto. Se debe ofrecer un periodo de tiempo de adaptación a las nuevas condiciones y en su caso asesoría, especialmente si es un proveedor estratégico.

¿Cómo saber si un producto o servicio cumple criterios éticos, sociales y medioambientales?

Las etiquetas pueden ser un elemento indicativo de si un producto cumple algunos criterios. El  problema es que existen muchas etiquetas (más de 200 en Europa) y no todas son igualmente exigentes. Para que una etiqueta sea confiable ha de seguir un proceso de certificación, verificación y mecanismos de seguimiento por organizaciones externas. Una de las etiquetas que cumple estos criterios es la etiqueta ecológica de la Unión Europea: que identifica de forma voluntaria  productos que tienen un impacto ambiental reducido. Para la concesión de esta etiqueta se tienen en cuenta los impactos en el uso de los recursos naturales y energía; emisiones a la atmósfera, agua y suelo; deposición de los residuo; ruido y efectos sobre los ecosistemas

Pero, sobre todo a nivel de pequeñas empresas y proveedores, el sentido común y la cercanía deben ser criterios a tener en cuenta. Si quieres elaborar tu política de compras responsables, comunícate con nosotros. Además de evitar una crisis reputacional, contar con una política de compras responsables te permitirá adelantarte a posibles regulaciones al respecto,  y prevenir un riesgo reputacional. ¡Escríbenos a info@cabalconsulting.com y te asesoramos!

 

 

 

Cómo aplicar la gestión ética en mi empresa para evitar daños reputacionales

La falta de ética en los negocios sale muy cara. El “dieselgate” ya le ha costado a Wolkswagen más de 25.000 millones de dólares en multas e indemnizaciones en Estados Unidos;  la dimisión del consejero delegado Martin Winterkorn, multas de hasta 400.000 dólares  y penas de cárcel de hasta 7 años a los ejecutivos que no denunciaron el fraude en Estados Unidos.

En septiembre de 2015, la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos  denunció que Volkswagen había trucado durante años los motores para ocultar que sus emisiones de óxido de nitrógeno, eran muy superiores a lo permitido por la legislación estadounidense.

Se calcula que el fraude habría llegado a los 11 millones de vehículos diesel en todo el mundo

Otro ejemplo de hace 5 años. El banco británico Barclays fue multado en 2012 a pagar 340 millones de euros por distorsionar el líbor (el índice que fija los tipos de interés).

Después de esta multa y ante la huida de sus clientes, el Banco anunció que el sueldo de los empleados dependerá de su ética.

El anuncio de Barclays  parecía una operación de marketing más, pero en el contexto actual de pérdida de credibilidad de las entidades financieras, esta decisión parte de una visión avanzada de la gestión empresarial, donde los riesgos reputacionales por falta de ética constituyen una de las grandes amenazas para las organizaciones.

Así se evidenció en el taller Gestión de riesgos empresariales desde la perspectiva ética y de la reputación, impartido por Belén Merino de Cabal consulting, para el Centro Mexicano para la Filantropía, el 15 de febrero de 2018.

Daño reputacional, el primer riesgo corporativo según AON

Así lo muestra el estudio  Global Risk Management Survey de Aon, donde el primer riesgo considerado es “el daño  a la reputación corporativa y  marca”. También un estudio de Deloitte en colaboración con Forbes de 2014 lo indicaba.

La falta de ética y la integridad que deriva en corrupción, sobornos y fraudes son los principales aspectos a tener en cuenta para gestionar el riesgo reputacional junto a las cuestiones de seguridad.

Desde Cabal consulting estamos convencidos de que a medio plazo la integridad, el respeto, el servicio, la excelencia y la responsabilidad son los valores que deben guiar la conducta empresarial para asegurar la sostenibilidad de la empresa.

Ante unos consumidores más exigentes, sobrecargados de información y más concienciados con la protección del medio ambiente, guiarán sus decisiones de compra basándose en la confianza, las experiencias positivas y las empresas responsables.

En una palabra se fijarán en las empresas con mejor reputación, entendida ésta como íntegras, con buen gobierno y visibles.

¿Cómo aplicar la gestión ética en mi empresa evitar daños reputacionales?

En primer lugar  hay que revisar la dimensión axiológica de la organización para ver si es acorde a los valores de la sociedad actual. Además una empresa que aspira a reducir sus riesgos reputacionales debe tener 3 herramientas básicas:

  • Código ético: un documento formal donde se expresan los valores de la organizacion y la conducta esperada para todos los empleados y colaboradores.
  • Comité de ética: encargado de impulsar la ética dentro de la organización, velar por el cumplimiento del Código ético, resolver dilemas éticos y asesorar en todo lo referente a las cuestiones de integridad.
  • Auditoria ética: un consultor externo que verifica que se está cumplimiento lo que la empresa dice.

Otros instrumentos que revelan las buenas prácticas empresariales y la gestión de riegos reputacionales son los Informes de buen gobierno, las Memorias de RSC y desarrollar un política integral de RSC, además de incluir la formación en ética.

Si deseas saber más sobre cuestiones éticas, necesitas formación en la materia y cómo aplicar la gestión ética en tu organización para evitar riesgos reputacionales contáctanos sin compromiso, estaremos encantados de asesorarte.