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Actividades básicas para una cadena de suministro responsable

La cadena de suministro es una función estratégica vital que involucra a todas las operaciones que son indispensables para que una mercancía logre llegar al cliente final en las condiciones adecuadas. La cadena de suministro es crucial para el mantenimiento de la operación de una empresa, por ello en este artículo vamos a revisar cuales son las actividades básicas para contar con una cadena de suministro responsable, evitar riesgos y contribuir al ODS 8, Trabajo decente y Crecimiento económico y ODS 13, Acción por el Clima.

La función estratégica de la cadena de suministro no ha evitado que en las últimas décadas se haya puesto en manos de terceros países la responsabilidad del aprovisionamiento y con ello la delegación de esta actividad básica para el éxito de una empresa.

Impacto de las cadenas de suministro globales

Una de las consecuencias de la globalización ha sido la deslocalización de los proveedores que fabrican y suministran los distintos materiales para la producción de un producto. Así hemos visto como las grandes empresas de moda, diseñan sus ropas y accesorios en Europa pero los producen en países de Asia, principalmente. Y esto ha ocurrido prácticamente  en todos los sectores: automoción, telefonía, construcción e incluso alimentación. De esta forma China, y otros países asiáticos, se han convertido en la fábrica del mundo.

Este proceso, motivado por la reducción de costes,  ha tenido consecuencias negativas de diversa índole: pérdida de puestos de trabajo en los países más desarrollados, incremento de la desigualdad, retroceso en los derechos humanos y un enorme impacto ambiental, que finalmente está generando un impacto económico de consecuencias imprevisibles.

Con la pandemia originada por el covid-19 y el frenazo en la producción mundial, se ha hablado mucho de las cadenas de suministro globales y los riesgos asociados a ellas en un contexto vica  (volatil, incierto, complejo y ambiguo) como el actual.

La pandemia motivó la interrupción de la actividad de las principales fábricas del mundo, localizadas en Asia principalmente. Con la llegada de las vacunas, el fin de las restricciones a la movilidad y el reinicio de la actividad económica, se ha producido una alta demanda de materiales que ha generado un “cuello de botella” y la imposibilidad de que las cadenas de suministro globales puedan atender todas las peticiones.

Esta situación, unida a la crisis ambiental, y el aumento de la conciencia social por una producción respetuosa con el medio ambiente y los derechos humanos, está provocando un cambio en el modelo de aprovisionamiento.

Desde distintos ámbitos de la sociedad, son cada vez más las personas que demandan una racionalización en las cadenas de suministro. Por ello es importante que desde la empresas, se tome conciencia de este nuevo contexto y  los diferentes riesgos asociados a la cadena de suministro.

Actividades básicas para una cadena de suministro responsable

Una cadena de suministro es el conjunto de actividades, instalaciones y medios de distribución necesarios para llevar a cabo el proceso de venta de un producto en su totalidad.

Por ello el primer paso para tener una cadena de suministro responsable es realizar un análisis de la misma, identificando cuáles son los proveedores críticos y su posterior evaluación.

Si los proveedores críticos de la empresa son de fuera de Europa o los países más avanzados democráticamente hablando, estás corriendo un grave riesgo tanto por incumplimiento de tiempos para entregar los materiales necesarios para la actividad,  como por los riesgos ambientales, de corrupción y sociales asociados a proveedores ubicados en países con poco desarrollo del estado de derecho y falta de respeto a los derechos humanos.

Por ello aconsejamos realizar 4 actividades básicas para tener una cadena de suministro responsable:

1. Análisis de la cadena de valor:  principales actividades en la operación. Identificación de proveedores críticos por procesos, productos y países (junto con la empresa).

2. Control de riesgos de los proveedores, a través de estrategias de “signalling” y “screening”:

  • Verificación de la identidad.
  • Existencia de códigos de conducta o éticos y política de RSE y sostenibilidad.
  • Búsqueda de información en fuentes públicas o bases de datos: historial de litigios, incluyendo civiles, laborales, mercantiles, penales.
  • Revisar que no aparecen en listas nacionales e internacionales sobre lavado de dinero y/o terrorismo.
  • Conocer si ha tenido sanciones gubernamentales o de incumplimiento de derechos humanos.
  • Revisión de notas adversas en redes sociales y medios (monitorización y escucha activa en internet).

3. Plan de trabajo, elaboración de un plan de acción que incluya:

  • Información a todas las empresas proveedoras de la nueva situación. Se establece un periodo de adaptación y se avisa de que tras dicho periodo, las empresas proveedoras que no se adapten serán reemplazadas.
  • Redacción de política de compras responsable y creación de un manual de compras con los criterios mínimos ASG para que una empresa pueda ser proveedora.
  • Información a los proveedores de la nueva política de la empresa, los nuevos requisitos y procedimientos para ser una empresa proveedora.
  • Formación y sensibilización a los diferentes grupos de interés, con jornadas y talleres sobre los nuevos criterios y  las mejores prácticas.
  • Certificación y auditoría: a medio plazo la empresa puede requerir una auditoría ética, de calidad, social o ambiental, realizada por un tercero independiente; dependiendo del sector se aconseja un certificado u otro.

4. Benchmark: identificación de las mejores prácticas sectoriales para emularlas y seguir mejorando.

Es importante saber que un aprovisionamiento responsable es crítico para la empresa. Y que hay un incremento en la toma de conciencia de la sociedad sobre la importancia de este aspecto. Por ello animamos a todas las empresas a realizar estas actividades básicas para una cadena de suministro responsable y con ello evitar riesgos que impacten en su operación y reputación.

Para más información escribe a: info@cabalconsulting.com 

 

 

 

Política de “compras responsables”, una buena manera de evitar el riesgo reputacional

Política de “compras responsables”, una buena manera de evitar el riesgo reputacional

 

Las compras responsables, sostenibles o éticas son aquellas que, además de valorar los criterios de calidad y precio, también tienen en cuenta los aspectos sociales, éticos y medioambientales, en el proceso de elaboración y suministro del producto o servicio. Cuando una empresa tiene una política de “compras responsables” además de contribuir a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible estará también evitando un riesgo reputacional

Hay que diferenciar compra responsable de consumo responsable, éste último se refiere a las pautas de consumo del cliente final. En este artículo nos vamos a referir al proceso de aprovisionamiento de materiales y servicios por parte de una organización o empresa, para a su vez generar un producto o servicio que es lo que se conoce como “compra responsable”.

¿Por qué es importante contar con una “política de compras responsables”? Porque en mercados globales, muy competitivos, y cada vez más transparentes, conocer las prácticas de tu cadena de suministro te evitará riesgos reputacionales.  Las empresas que ignoran la trazabilidad de sus productos y las prácticas de sus proveedores están expuestas a un alto riesgo reputacional; las empresas textiles lo saben muy bien ya que a menudo conocidas marcas de moda se han visto envueltas en escándalos que han impactado en sus ventas al conocerse que trabajaban con proveedores que vulneran los Derechos Humanos.

Además de evitar una crisis reputacional, contar con una política de compras responsables permite el acceso en condiciones preferentes a la contratación del sector público, contribuye al ahorro de energía, y a un menor impacto ambiental.

Contratación pública responsable

Las compras del sector público representan un volumen muy importante de la actividad económica de cualquier país; según el Observatorio de la contratación pública, con datos de la Comisión Europea, suponen el 19 % del PIB de media en la UE,  aunque existen grandes diferencias entre estados miembros (el 8,8 % en Grecia o el 29,5 por ciento en Holanda). En España asciende al 15,5%.

La Ley 9/2017, de 8 de noviembre, de Contratos del Sector Público, por la que se transponen al ordenamiento jurídico español las Directivas del Parlamento Europeo y del Consejo 2014/23/UE y 2014/24/UE, de 26 de febrero de 2014 sobre contratación pública  incluye criterios laborales, sociales o medioambientales como motivos de exclusión para la contratación de obras y servicios. Los objetivos que inspiran esta Ley son, en primer lugar, lograr una mayor transparencia en la contratación pública, y en segundo lugar el de conseguir una mejor relación calidad-precio.

Esta ley también establece que “en toda contratación pública se incorporarán de manera transversal y preceptiva criterios sociales y medioambientales siempre que guarde relación con el objeto del contrato”. Asimismo insta a la simplificación de los trámites y a facilitar el acceso a la contratación pública de las pymes, así como de las empresas de economía social.

Esta ley también aplica a los partidos políticos, las organizaciones sindicales y las empresariales, así como las fundaciones y asociaciones vinculadas a cualquiera de ellos siempre que se cumplan determinadas circunstancias como que su financiación sea mayoritariamente pública y respecto de los contratos sometidos a regulación armonizada

Esta normativa se enmarca en la Estrategia Europea 2020 que tiene el objetivo de generar acciones “para un crecimiento inteligente, sostenible e integrador” y permitir que los contratantes utilicen mejor la contratación pública en apoyo de “objetivos sociales comunes”.

Cómo poner en marcha una política de compras responsables

Para elaborar una  política de compras responsables, la organización debe hacer un análisis interno:  evaluar qué principios rigen la gestión de su organización y cómo incorpora estos valores en la toma de decisiones de compra.

Para que este proceso tenga un enfoque sostenible hay que tener en cuenta dos aspectos: el ciclo de vida de los productos y la gestión de la cadena de suministro. Respecto al primero, supone saber cuál es el coste real de un producto que compramos, desde que se concibe hasta que llega a nuestras manos; una vez que se dispone de esta información se debe integrar en la  decisión y negociación. Respecto al segundo, implica conocer a nuestros proveedores y cómo sus decisiones y forma de trabajar afectan a nuestro producto en términos de calidad, seguridad, privacidad, reputación, etc. La cercanía del proveedor es un criterio a tener en cuenta.

Como parte de esta política de compras responsables, hay que comunicar  la decisión a los proveedores habituales. Comunicar a los proveedores el nuevo enfoque de gestión de la empresa les ayudará a tomar decisiones al respecto. Se debe ofrecer un periodo de tiempo de adaptación a las nuevas condiciones y en su caso asesoría, especialmente si es un proveedor estratégico.

¿Cómo saber si un producto o servicio cumple criterios éticos, sociales y medioambientales?

Las etiquetas pueden ser un elemento indicativo de si un producto cumple algunos criterios. El  problema es que existen muchas etiquetas (más de 200 en Europa) y no todas son igualmente exigentes. Para que una etiqueta sea confiable ha de seguir un proceso de certificación, verificación y mecanismos de seguimiento por organizaciones externas. Una de las etiquetas que cumple estos criterios es la etiqueta ecológica de la Unión Europea: que identifica de forma voluntaria  productos que tienen un impacto ambiental reducido. Para la concesión de esta etiqueta se tienen en cuenta los impactos en el uso de los recursos naturales y energía; emisiones a la atmósfera, agua y suelo; deposición de los residuo; ruido y efectos sobre los ecosistemas

Pero, sobre todo a nivel de pequeñas empresas y proveedores, el sentido común y la cercanía deben ser criterios a tener en cuenta. Si quieres elaborar tu política de compras responsables, comunícate con nosotros. Además de evitar una crisis reputacional, contar con una política de compras responsables te permitirá adelantarte a posibles regulaciones al respecto,  y prevenir un riesgo reputacional. ¡Escríbenos a info@cabalconsulting.com y te asesoramos!